El proyecto minero Cobre Panamá, operado por la empresa First Quantum Minerals, ha generado un acalorado debate en Panamá las ultimas semanas. Recientemente, con la propuesta de un nuevo contrato entre el Estado panameño y la minera, se han difundido una gran cantidad de mitos y realidades sobre este tema tan complejo.
Hagamos un análisis desapasionado y basado en los hechos.
Mito #1: Algunos dicen que la minera utiliza químicos dañinos para el ambiente en su proceso de extracción de cobre.
Realidad: La empresa asegura que el diseño de su mina busca reducir el impacto ambiental al máximo. Explican que el proceso es principalmente físico, no químico, aprovechando propiedades como la flotabilidad natural del cobre.
No se utiliza cianuro ni mercurio, sustancias sí muy tóxicas. Los principales reactivos son cal, en un 90%, y otros aditivos en muy pequeñas cantidades, apenas el 0.002% del peso de las rocas procesadas.
Estos químicos ayudan a que el cobre flote y se separe de los demás minerales, pero quedan adheridos al cobre extraído y no contaminan el ambiente. Cualquier remanente se degrada solo durante el proceso.
Así que, aunque sí se usan ciertos químicos, la empresa asegura que son en cantidades mínimas y diseñaron la mina para prevenir la contaminación ambiental. Las autoridades deben vigilar que esto sea cierto.
Mito #2: Algunos dicen que la minera Cobre Panamá está utilizando agua de la cuenca del Canal de Panamá, contribuyendo a su escasez.
Realidad: Esto es completamente falso. La mina se encuentra en la cuenca del río Coclé del Norte, a 60 km de distancia de la cuenca del Canal. Son sistemas de drenaje independientes que no se conectan.
La Administración del Canal ha corroborado que no existe ninguna relación entre las aguas que usa el Canal y las que usa la minera. Son actividades totalmente separadas.
Además, la mina obtiene casi toda su agua (99%) de la lluvia que cae en el área minera. Esta agua se recolecta y almacena en grandes embalses.
Es una zona de muy alta precipitación. Y la minera recircula el 78% del agua utilizada, para maximizar la eficiencia.
Así que es absolutamente falso que estén tomando agua de la cuenca del Canal. Las cuencas están claramente separadas y la mina depende básicamente del agua de lluvia del área.
Mito #3: Algunos dicen que en realidad no está garantizado que el Estado reciba un mínimo de $375 millones anuales de la minera, porque hay cláusulas que permitirían pagar menos.
Realidad: Por primera vez en la historia, una minera acordó un Ingreso Mínimo Garantizado tan alto para un país. Son $375 millones sí o sí cada año.
Obviamente, en un negocio hay que contemplar imprevistos. Por eso se estableció que solo en casos extraordinarios, como que el precio internacional del cobre baje muchísimo o que la producción se vea afectada, se podría aplicar un pago menor temporary.
Pero esto tiene el objetivo de que la mina pueda seguir operando en esas circunstancias difíciles, manteniendo los empleos y sus aportes económicos al país. No es que van a pagar menos porque sí, sólo en casos justificados.
El punto clave es que Panamá ya no corre riesgos, pase lo que pase recibirá un mínimo histórico de $375 millones anuales. Eso antes no estaba garantizado para el país.
Mito #4: Algunos alegan que este contrato crearía una especie de “enclave minero” en Donoso, similar a la Zona del Canal.
Realidad: Eso es absolutamente falso. Se trata simplemente de un contrato de concesión minera, que está dentro del marco legal y constitucional del país.
El Estado en ningún momento está cediendo su soberanía sobre el área o sus recursos. De hecho, este nuevo contrato es mucho más beneficioso para Panamá que el anterior.
Además, la mina generará más de 40,000 empleos directos e indirectos, y le representará al país ingresos anuales mínimos de $375 millones, al menos 10 veces más que antes.
El contrato ya fue revisado por el Gabinete y ahora será analizado por la Asamblea Nacional. Si se aprueba, se convertiría en una ley de la República, como cualquier otra.
Así que no se está creando ningún “enclave” ni zona especial. Es simplemente un proyecto minero que el país decidirá si aprueba o no, dentro de su normal marco legal.
Un debate que requiere diálogo informado y constante
Como hemos visto, el controversial tema minero en Panamá tiene muchas aristas y niveles de complejidad. Requiere un debate continuo, informado, abierto y sobre todo basado en hechos concretos. Tanto los detractores como los defensores del proyecto deben evitar las posiciones absolutas e inflexibles.
Lo responsable es reconocer los retos y oportunidades de la minería, entender los diversos puntos de vista y buscar en conjunto ese anhelado “desarrollo sostenible” que tanto necesita Panamá. El nuevo contrato con Minera Panamá será lo que como país hagamos de él. Una fiscalización estricta, pero a la vez un diálogo proactivo y permanente, puede ser la clave para maximizar los beneficios y mitigar los impactos de esta controversial actividad.