La suela de una bota es la parte que más sufre del calzado. Estando en contacto con el suelo constantemente, ésta debe resistir todo tipo de usos y condiciones climáticas. Existen diferentes tipos de suelas en el mercado, sus diseños y materiales serán factores a tener en cuenta a la hora de escoger la bota que más le conviene.
Hoy nos gustaría hablar de las diferencias entre dos tipos de materiales utilizados habitualmente en la fabricación de suelas: el hule y el poliuretano.
Hule: Se trata de un hidrocarburo obtenido del látex de ciertos árboles tropicales. Es posible reciclarlo a base de neumáticos usados; el proceso consiste en reducir a polvo el caucho hasta llegar al mínimo espesor. Las ventajas de este tipo de material son la adherencia que ofrece un neumático, que son más silenciosas y que su vida útil es mucho mayor. Un neumático tarda alrededor de 100 años en descomponerse, teniendo en cuenta la cantidad de llantas que se utilizan en todo el mundo, es una buena opción poder reciclarlos y ayudar al planeta.
Poliuretano: Es un polímero que se obtiene mediante condensación de bases hidroxílicas combinadas con diisocianatos. Estas suelas de plástico suelen ser más livianas, sin embargo su vida útil suele ser menor al de las suelas de hule. Especialmente en climas húmedos como el de Panamá, este tipo de suela no funciona bien, y es que en los pequeños agujeros que suelen tener, el agua se filtra y con la humedad no se seca, por lo que la suela de la bota acaba pudriéndose al de pocas semanas. El poliuretano es muy utilizado sobre todo en el calzado fabricado en China, ya que es un material más económico que el hule.
Es importante entender a qué tipo de condiciones estará expuesta la bota para saber qué tipo suela le conviene más.